Millones de personas en todo el mundo han seguido, pasa a paso, el proceso del rescate y la historia de supervivencia de los 33 mineros que durante 69 días han permanecido aislados, en la mina San José de Chile, a 700 metros de profundidad.
Desde que se produjo el derrumbe de la mina San José, el desierto de Atacama se ha convertido en un espacio compartido por las familias de los mineros, por unos 2000 periodistas de todo el mundo así como por la presencia del presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien ha recibido uno a uno a los 33 mineros.
El último de ellos en salir, Luís Urzúa, le comentó que estaba muy contento pero inmediatamente apuntó su deseo de que esto no vuelva a ocurrir, algo a lo que el presidente se ha comprometido.
Ahora, tras compartir con cientos de países la angustia del derrumbe, la esperanza tras la llegada del mensaje ”estamos bien en el refugio los
Según declaraciones del abogado Edgardo Reinoso, los 33 mineros han tomado la decisión de ejercer acciones no solamente contra la mina sino también contra el Servicio Nacional de Minería así como contra la Dirección de Trabajo.
Por otro lado,
El rescate bien puede calificarse de "proeza" por la enorme dificultad que suponía el acceso, por la humanidad encarnada en las duras condiciones de los mineros, por la solidaridad que ha generado y por el enorme deseo de evitar que hechos como éste puedan producirse, a causa de unas condiciones de trabajo inapropiadas.
En definitiva, humanidad, tecnología y destreza, han convertido en un éxito mundial la recuperación de los 33 mineros, transformándolo en un acto de solidaridad gracias a los medios de comunicación. Un hecho que bien pudiera convertirse en antecedente de una larga lista que reivindique medidas justas y solidarias, a través de la intervención de los "media" a nivel mundial.
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